Richard Diebenkorn. 1961
Debió ser por el tiempo en el que Richard Diebenkorn, regresando a la abstracción, volvió a dejar estupefactos a críticos y observadores. Una deriva pictórica, la de Diebenkorn, que les costaba trabajo seguir. Fue entonces, en plena madurez artística, cuando escribió diez reglas (que el llamaba notas de estudio) para colgarlas en su taller y tenerlas siempre visibles mientras trabajaba.
Diebenkorn las escribió para sí mismo a modo de advertencias que le ayudasen a transitar su viaje creativo (reminiscencias de los mandamientos para el viaje del creyente). Solo las compartió en vida con algunos amigos y no se hicieron públicas hasta que tras su muerte (1993) John Elderfield las publicó en 1997,
No creo que se presten a una interpretación sesuda y analítica porque hablan de percepciones y sentimientos puramente artísticos. Las palabras se quedan cortas con el proceso creativo: es como tratar de explicar como se escribe un Nocturno de Chopin.
Admiro especialmente la valentía de Diebenkorn cuando se propone no ceder a la auto-complacencia inicial de la que hablan las reglas 2 y 4. ¿Quién no ha sentido el orgullo del comienzo fresco de la obra y la parálisis del miedo a continuar?. Espero no ser irreverente si aventuro que estas dos reglas en concreto no las solía cumplir Picasso, por ejemplo. Aunque a Picasso le tocó ser el explorador de su Siglo y eso le justifica.
Ocean Park No. 48
La mejor disertación sobre las reglas de Diebenkorn se la escuché a Alex Kanevsky que renunciando a una interpretación textual, hace un lúcido acompañamiento estético de las reglas a través de una certera y heterodoxa selección de imágenes artísticas.
Si no has tenido el privilegio de escuchar a Kanevsky siempre puedes colgar las reglas de Diebenkorn en tu estudio y dejarte influir por los ecos y las intenciones que se esconden detrás de estos enunciados. Cada pintor a su manera, transita un camino parecido.
En esencia, las reglas de Diebenkorn son un recordatorio y un ejercicio de humildad para el propio artista y su papel en el Arte. Lo dijo Piet Mondrián: “La posición del artista es humilde, es esencialmente un cauce”
10 reglas de Diebenkorn; notas a mí mismo
1. intenta lo incierto. La certeza puede llegar o no más tarde. Puede convertirse entonces en una valiosa ilusión
2. La atractiva posición inicial que se halla todavía lejos de la obra completa no tiene valor- excepto como estímulo para seguir avanzando.
3. ¡Busca!
4. Usa y responde a las frescas cualidades iniciales pero considéralas absolutamente accesorias.
5. No “descubras” un tema- de ninguna clase.
6. De alguna manera, no te aburras pero si debes hacerlo, úsalo en acción. Usa su potencial destructivo.
7. Los errores no se pueden eliminar pero te mueven de tu posición actual.
8. Mantén tu ingenuidad.
9. Tolera el caos.
10. Ten cuidado pero sólo de un modo perverso.
Nota del Autor: En mi traducción al español he tratado de respetar sobretodo el sentido genuino del original en detrimento de la literalidad pero es bienvenida cualquier corrección o sugerencia.
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