«Nadie te ha mirado nunca tan intensamente como yo». En cierta ocasión, Euan Uglow dirigió estas palabras a una de sus modelos, consciente de la profundidad y penetración de su observación y justificando de algún modo las interminables sesiones de posado. Una joven estudiante de derecho comenzó a posar para él y terminó las últimas sesiones ejerciendo como abogada de cierto prestigio y ya casada.
Euan Ernest Richard Uglow (10 March 1932 – 31 August 2000) pintor londinense, es motivo de inspiración y referencia para muchos artistas figurativos actuales. Quizá fue el pintor mas sobresaliente entre los pintores ingleses de su tiempo. Se inició en su carrera artística con tan solo 15 años, ingresando en la Camberwell School of Arts and Crafts de Londres donde ya le reconocieron sus compañeros y profesores como un joven con talento y pasión por la pintura. Completó sus estudios en Slate Schools of fine Arts también en Londres. Durante su época académica absorbió la influencia de tres artistas ingleses de la generación previa que impartían clase allí; Claude Rogers, William Coldstream y Victor Pasmore. Especialmente de Coldstream, con el que después mantuvo una larga amistad, se contagió de su obsesión por la precisión geométrica y la medida. La escuela de Coldstream usaba determinadas líneas horizontales y verticales para calcular referencias espaciales. Ésta actitud hunde sus raíces en los métodos matemáticos que artistas del renacimiento como Piero de la Francesca usaron de forma habitual. Se trataba de asegurar la certidumbre de la mirada, lo que los clásicos italianos llamaban «certezza» a sabiendas de que «nunca llega el momento en que el intrincado desafío de descifrar el modelo llega a su fin».
Influencias
Uglow se debió sentir nadando contra corriente con su propuesta figurativa mientras el arte abstracto, coronado por la crítica, reinaba en las salas de exposición y las subastas. En la época de la Slate School of fine Arts en Londres, bañado por un ambiente mucho mas cosmopolita, Euan Uglow pudo tomar contacto con la élite artística de la época: Lucian Freud y Francis Bacon y especialmente Giacometti a quién admiró profundamente. Tuvo la oportunidad de visitarle varias veces en su estudio y comprobar su eterna obsesión por completar las diminutas figuras que creaba y destruía sin descanso. Como Giacometti, Uglow estuvo muy influenciado por el movimiento existencialista francés y declaró la huella que escritores como Sartre y Camus tuvieron en su pintura. El personaje Grand en la novela «la peste» de Albert Camus que escribe y reescribe interminablemente la primera frase de una novela parece haberse inspirado en ellos.
Admiraba también a artistas aparentemente en las antípodas de su propuesta pictórica como Pollock, Newman y especialmente Mark Rothko, de ellos extrajo quizá el entendimiento de la dinámica formal de los planos de color que aplicó a la elaboración y construcción de los fondos de sus composiciones. No obstante, Uglow tuvo la capacidad de integrar estos nuevos estímulos sin dejar de mantener un puente tendido hacia el pasado; el renacimiento italiano, y pintores como Poussin o Cezanne que siempre estuvieron presentes en su pintura. De sus viajes a Italia, como tantos otros pintores a lo largo de la historia, se trajo una paleta mas luminosa y vivificante.
La trayectoria pictórica de Euan Uglow es casi lineal. Encontró pronto su camino y sin desviar su rumbo, su tránsito se fue haciendo cada vez mas lúcido y revelador. Una obra de su primera época marca un ligero punto de inflexión para afirmar su propuesta pictórica. «The Skull» es una obra de la que nunca se quiso desprender. Uglow representa la calavera junto a un damasquinado preparado ex-profeso por él mismo con la intención de invitar al espectador a participar del proceso y de su mirada analítica del motivo, excluyendo así la mirada emocional o religiosa. Ésta actitud de preparar su escenario se mantuvo casi invariable en su obra. Euan Uglow buscaba como Piero de la Francesca, un inherente estado de armonía, la disposición del modelo y de los fondos formaban parte del proceso pictórico. La precisión y la medida eran elementos usados a favor de la armonía y la composición. Nunca se sintió esclavo de limitarse a pintar solo lo que veía. Según sus propias palabras, «Un cuadro puede estar bien sin tener que parecerse»
Euan Uglow Temática
Euan Uglow se centró casi siempre en la representación de la figura humana y en los bodegones. Pintó pocos paisajes y como esta temática no permitía las largas sesiones habituales de su estudio, aplicó un método sintético que produjo unos cuadros inusuales, con grandes masas planas de color de una gran belleza en su simplificación y atemporalidad.
Desde su época de estudiante su atención se centró en la representación de la figura humana. Siempre trabajó del natural y trataba de penetrar tan profundamente en el conocimiento y representación de sus modelos que entendía que el proceso podía ser infinito. En cierta ocasión durante su época académica, Uglow estaba enfrascado en la finalización de un cuadro en el atelier junto a otros compañeros. La modelo, de pie, recibía en su piel las sutiles variaciones de color que le proporcionaba un calefactor que se hallaba situado a su lado. Cuando Lucian Freud, que al parecer había estado intentando seducir a la modelo, se asomaba a la clase, la joven se sonrojaba de pies a cabeza y Uglow, que no podía soportar que las sutilezas cromáticas de su piel cambiasen, se desesperaba y rogaba a Freud que por favor no volviese a aparecer por allí.
Euan Uglow, Técnica
Las características formales y conceptuales más importantes y persistentes en la obra de Euan Uglow son todas las relacionadas con la visión y la proporción. Con respecto a ésta última, Uglow configuraba su espacio pictórico con sumo cuidado, estableciendo previamente un escenario donde todos los elementos habían sido cuidadosamente estudiados. Colocaba plomadas y tendía cordeles y otros medios como referencias espaciales. Después las iba reflejando en el cuadro con pequeñas marcas realizadas con lápiz o con finas pinceladas de color que mantenía en la obra final haciendo partícipe al espectador del proceso creativo.
Las dimensiones del cuadro debían mantener también unas determinadas medidas para comenzar con lo que él llamaba una proporción adecuada o «positiva». Si la dimensión vertical era 1, por ejemplo, la longitud horizontal debía ser la raíz cuadrada de dos; aproximadamente 1,41. resultando medidas de 25,4 X 36 cm o múltiplos de éstas. Uglow explicaba que no se trataba de proporciones místicas sino de composición y armonía. Para él la simplicidad y la claridad eran virtudes inherentes a la representación pictórica: «quiero tener un rectángulo ordenado, una forma razonada».
Su superficie de trabajo habitual era normalmente el lino belga de la mejor calidad que a veces compraba imprimado y otras preparaba él mismo con el método tradicional de cola de conejo e imprimación de blanco de plomo. Meticuloso en todo, usaba tachuelas en vez de grapas y prefería que el bastidor fuese de madera de abedul y no de pino.
Aunque experimentó en varias ocasiones con el acrílico, Euan Uglow siempre uso el óleo como su medio natural de expresión. Le parecía un medio ideal y seductor. Según sus propias palabras: «tiene una maravillosa claridad….es tan extraordinariamente flexible……la idea de disponer de colores transparentes y opacos….. tengo un pocillo y normalmente 13 o 14 colores preparados que van del blanco a los amarillos, rojos, azules y verdes hasta el sombra natural y el negro, de izquierda a derecha». Pintaba de la forma habitual, graso sobre magro y no le importaba deshacer o retirar pintura si el cuadro no progresaba de acuerdo a su idea. Prestaba mucha atención a mantener limpios y libres de contaminación sus colores y lavaba sus pinceles minuciosamente. A veces mantenía una reserva de un determinado tono sumergido en agua para retomar exactamente el mismo color cuando lo necesitase.
La poesía de la precisión
Reflexionando sobre la pintura de Euan Uglow, el pintor John Mclean lo describió así: «Esos planos de Uglow responden a cambios de color percibidos con una agudeza que uno diría rozan con lo alucinatorio si no fuera por que sabemos que estaba mirando la realidad…..Su observación es tan exquisita que cada plano separado, cada color resalta como una nota de una canción graciosamente interpretada. Los planos se armonizan exactamente como notas»
Euan Uglow intentó entender la realidad, desentrañar la luz, trasladar su naturaleza fugaz y tridimensional a las dos dimensiones del cuadro. Para esa búsqueda interminable se ayudo de la geometría, de la precisión y de la medida pero no para copiar sino para construir una idea que, paradójicamente partiendo de elementos tan racionales, se transforma en poesía llena de armonía e intemporalidad.
Recursos
«Euan Uglow the complete paintings» Un libro completo sobre Uglow: excelentes reproducciones, mas de 400 obras, 2 ensayos y una cronología. Imprescindible para los amantes de su pintura.
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Gracias!
Julián marin olarte
diciembre 1, 2015 8:27 pmQue lección de arte y un gran toque intelectual. Degusté cada párrafo.